lunes, 28 de abril de 2008

ECUADOR EN EL PRIMER TRATADO DE LIBRE COMERCIO


Al igual que los otros países andinos, el objetivo de Ecuador dentro del Tratado de Libre Comercio es lograr mayores beneficios que los logrados con el ATPDEA y mejorar la competitividad del país en el extranjero. Para lograr estos objetivos es necesario que los países andinos mantengan una política común con respecto a las negociaciones (salvo en el caso de la agricultura) y negocien en bloque. Sin embargo, la firma de este Tratado ha generado un desacuerdo entre este país y Colombia, debido a los gravámenes para materias primas, insumos y maquinaria El problema consiste en la insistencia de Colombia en mantener, luego de firmado el Tratado con Estados Unidos, la "reserva de mercado", mecanismo por el cual se permite que determinados productos estén libres de aranceles dentro de la Comunidad Andina. Es decir, Ecuador tendría que mantener el privilegio para los productos colombianos y no permitir la inmediata entrada de productos estadounidenses (sobretodo insumos y materias primas), los cuales competirían a más bajos costos. Ecuador mantiene esta postura, ya que esto es necesario para cumplir con el objetivo de lograr una mayor competitividad del país en términos de bienes terminados, incluso frente a sus socios en el acuerdo con Estados Unidos.
Dentro de las negociaciones comerciales, Ecuador intenta conseguir los mayores beneficios para la entrada de productos en el mercado norteamericano (arancel cero para la mayor cantidad de productos ecuatorianos, por ejemplo, las flores). Para ello, Ecuador está dispuesto a "canjear" temas de la mesa de propiedad intelectual, es decir, ceder en temas como la biodiversidad y patentes de animales y plantas a cambio de mayores ventajas comerciales. Esta decisión del gobierno ecuatoriano influye en el poder negociador de Perú y Colombia, ya que las negociaciones sobre propiedad intelectual se efectúan en bloque.
El Tratado de Libre Comercio Andino-Norteamericano encuentra resistencias en la sociedad ecuatoriana, sobretodo de los sectores campesinos e indígenas. Éstos se oponen a la firma del acuerdo, ya que sostienen que el mismo sólo responde a intereses empresariales y transnacionales y que resulta perjudicial para la agricultura y para el aparato productivo nacional. Esto debido, entre otras cosas, al encarecimiento de los insumos para la agricultura (erradicación de productos genéricos por los acuerdos de propiedad intelectual). Por ello, reclaman que sea el pueblo ecuatoriano quien decida sobre el acuerdo con Estados Unidos a través de un plebiscito nacional, derecho otorgado por la Constitución Nacional para casos trascendentes y reconocido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales.
Este Tratado de Libre Comercio, y todos los tratados de este tipo en general, son de carácter asimétrico. Esto significa que Ecuador, así como los otros países andinos, se verá inundado de productos (manufacturados) estadounidenses, mientras que sus exportaciones primarias estarán luchando contra las medidas proteccionistas impuestas por Estados Unidos. Esto sumado a la crisis estructural de la economía ecuatoriana puede llevar a más familias a una situación de pobreza y exclusión social.
Se debe considerar, además, que el Estado ecuatoriano no posee los recursos económicos necesarios para subsidiar o proteger a la agricultura nacional. Si el productor pierde mercado frente a los proteccionismos de la administración norteamericana y si el Estado es incapaz de compensar a los afectados, derechos como el acceso al trabajo, a un nivel de vida adecuado, a la salud física y mental y a la educación no serán respetados. Actualmente la situación de estos derechos no es óptima en Ecuador, por lo que se puede esperar que luego de la firma del Tratado con Estados Unidos esta situación se agrave

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